Mantener la cadena de frío en el transporte de mercancías es crucial para garantizar la calidad y seguridad de los productos perecederos. Desde alimentos hasta medicamentos, el control de temperatura adecuado evita pérdidas y problemas sanitarios. En esta guía, te explicamos cómo evitar romper la cadena de frío y optimizar tu operativa.
¿Qué es la cadena de frío y por qué es clave para evitar pérdidas?
La cadena de frío en el transporte se refiere al proceso de almacenamiento, manipulación y distribución de productos sensibles a la temperatura. Su correcto mantenimiento es fundamental para evitar:
- Deterioro de alimentos y pérdida de propiedades nutritivas.
- Contaminación y proliferación de bacterias.
- Pérdidas económicas por devoluciones o productos inservibles.
- Sanciones por incumplimiento de normativas sanitarias.
El respeto de la temperatura óptima en el transporte refrigerado varía según el tipo de producto. Por ejemplo, los lácteos deben mantenerse entre 0ºC y 4ºC, mientras que los congelados requieren temperaturas por debajo de -18ºC.
¿Cómo afecta el mal mantenimiento de los equipos frigoríficos?
Un sistema de refrigeración defectuoso puede provocar oscilaciones de temperatura que afectan la calidad del producto. Entre los problemas más comunes están:
- Fugas de refrigerante, reduciendo la capacidad de enfriamiento.
- Desgaste del compresor, afectando la eficiencia del sistema.
- Acumulación de hielo en los evaporadores, bloqueando el flujo de aire frío.
- Fallos eléctricos que dejan sin energía al sistema frigorífico.
Factores que pueden romper la cadena de frío y cómo prevenirlos
Algunas de las principales causas de la pérdida de temperatura durante el transporte son:
- Apertura frecuente de puertas: Evitar abrir la caja frigorífica más de lo necesario.
- Carga incorrecta de la mercancía: Distribuir los productos para permitir una circulación uniforme del aire frío.
- Falta de monitoreo de temperatura: Usar sensores y registradores de temperatura en tiempo real.
- Mantenimiento deficiente del equipo: Realizar revisiones periódicas para detectar fallos antes de que causen problemas graves.
Consejos para transportistas: mantenimiento y control de temperatura
- Verifica la temperatura antes de cargar: Asegúrate de que el camión refrigerado está en la temperatura óptima antes de introducir la mercancía.
- Revisa el sistema frigorífico: Chequea regularmente el estado del compresor, filtros y refrigerantes.
- Monitoreo constante: Usa registradores de temperatura y GPS para asegurar que no haya variaciones bruscas.
- Capacita a los conductores: Un transportista informado sabrá identificar problemas y actuar rápidamente ante una avería.
Mantener la cadena de frío en el transporte es una responsabilidad clave para garantizar la calidad de los productos y cumplir con las normativas vigentes. Siguiendo estas recomendaciones, reducirás riesgos y optimizarás la eficiencia en cada entrega.
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